2- Prepárese para salir a correr en esa nueva ciudad en cuanto llegue.
3- Salga sin un rumbo demasiado claro... y listo!
En realidad, por más que lo anterior no sea más que un chiste, no dista demasiado de la realidad.
Visito Buenos Aires, tanto por placer como por trabajo desde hace casi 40 años, pero creo que nunca llegué a conocer la ciudad tanto como cuando empecé a recorrerla corriendo.
La historia puede ser larga y remontarse a una época por allá por el 2005, con anécdotas de todo tipo, pero no será en este posteo.
Hoy quiero remitirme a mi última visita a dicha ciudad, hace una semana.
Ya estaba decidido a salir a correr, así fue que, habiendo llegado el jueves de mañana, ya el viernes temprano estaba saliendo por un entrenamiento de 15k.
Salí desde Suipacha y Arroyo, a un par de cuadras de la Recova de Posadas, tomando Libertador rumbo a Palermo.
A un par de cuadras ya estaba en plena Recoleta, y a unos 15' de corrida ya empecé a cruzarme con los primeros runners también madrugadores.
Al llegar a Figueroa Alcorta ya el tráfico de corredores era intenso, y así llegué a Palermo, casi tan "acompañado" como en una carrera de poca concurrencia en Montevideo.
Pasé Sarmiento y llegué a 8k, momento en que tenía que dar la vuelta. Pocas veces me pasa que se me hace corto un entrenamiento, pero en Buenos Aires casi siempre es así, es que el ambiente me encanta.
En definitiva, creo que en 4 días en Buenos Aires corrí más kilómetros que en 2 semanas en Montevideo... ¿será que tendré que mudarme para entrenar mejor?
dudo que mudarte sea una buena idea. En primer lugar, estoy segura que esa sensación de la que hablás es pura novelería: al tiempito ya te aburrís y andás viendo para donde te mudás (otra vez).
ResponderEliminarSegundo: allá SÍ que corren. Vas a tener que meter pata a lo loco.
Tercero: acá todavía no tenemos Starbucks...
Fuera de broma: que lindo es correr de visitante, che.