lunes, 25 de mayo de 2009

"Dale que hay arenita" alguien gritó y me tiré... a correr!

(Enero del 2008, otro reporte en el recuerdo... porque los refritos viven y luchan!)


Todo empezó ese día que comenzaron las inscripciones para la primera fecha del Circuito Nike y que justo con Vicky estábamos en Punta del Este.

Sin dudarlo me anoté en el local de Nike en La Barra, y a la salida, mientras le explicaba a Vicky de que se trataba me iba cuestionando si no habría sido medio alocado haberme anotado sin estar entrenando… pero como he corrido pruebas más duras con menos entrenamiento me autoconvení que dos semanas daban perfecto para prepararme.

Ahí empecé a sumar gente a la cruzada, primero Popotitos, luego Calzaman, después el Pingüino, Viruca… en fin, por lo menos planeábamos pasar un rato distinto y divertido.

Entre preparativos y miedos surgidos cuando corrí por primera vez por la arena para ver de que se trataba la cosa llegó el día de la carrera!!!

Las peripecias son un capítulo aparte que si me inspiro prometo hacer luego, pero la cuestión es que hasta hace un mes atrás siempre había dicho que eso de correr por otro lado que no fuera asfalto no era lo mío…

Largamos!!!

Como 1k y pico por arena relativamente dura que facilitó bastante las cosas, ahí doblamos rumbo a los médanos para atravesarlos y adentrarnos en un barrio privado.

En los médanos las chicas que habían optado por el circuito de 4k pegaban la vuelta, las restantes y todos los varones seguíamos para terminar con los que resultaron ser casi 15,5k.

En el empedrado del barrio privado la cosa se hizo fácil.  Incluso, habiendo largado LITERALMENTE últimos, ahí pudimos pasar a la mayoría de los que adelantamos en la carrera.

Algún repechito en esa zona era una papa al lado de lo que se vendría… dejamos el barrio privado para meternos en un campo, y ahí empezó lo divertido!

A salto de chirca y esquivando arbustos, tratando de seguir un sendero que marcaban los que iban delante, empezamos a hacer un trecho que para un tipo de ciudad como yo era algo totalmente novedoso.

Luego vino un camino vecinal, después bosque, saltando troncos caídos y pisando piñas, esquivando ramas y ahí apareció la primera anécdota (o por lo menos la primera “contable”)… veníamos gritando para alertar a los de atrás sobre las irregularidades del piso, entonces alguien grita algo así como “…adskfjasdlfAMBRE” a lo que yo entendí “calambre” y empecé a mirar si había alguien tirado, cuando en realidad lo que habían gritado era “ALAMBRE”, pero me dí cuenta cuando me lo llevé puesto!!!

Bromas van, bromas vienen, otro más atrás había entendido “MATAMBRE” y ahí empezó la verdadera jarana que seguro que los que iban punteando la competencia ni se enteraron!!!

Empezamos con el tema del asadito para festejar la llegada (que con el Pingüino lo cumplimos a rajatabla!) y así fue que conocimos a (creo que) Martín, un argentino de Tres Arroyos que venía sacando fotos y que a partir de ahí hasta parábamos a posar en determinados puntos a pedido suyo, hasta nos sacamos fotos con un flaco de la organización que indicaba el camino y que estaba parado en el medio de la nada.

Entre fotos y bromas llegamos a una barranquita que había que tirarse porque si se trataba de bajar despacio era imposible, agua por los tobillos al borde de una laguna, más campo, luego pajonales, barro donde te enterrabas, piedras inmensas por las que había que subir para atravesar por debajo del puente de la ruta 10 y ahí empezaba de nuevo la arena, no sé cuanto, pero era interminable!, deben haber sido como 5k finales por una arena horrible donde nos enterrábamos al dar cada paso. 

Cansados pero felices de haber corrida esta carrera, llegamos juntos con mi amigo el Pingüino, que no tuvo más remedio que aguantarme un par de kilómetros al final porque el calzado me pesaba 32 kilos y para levantar cada pierna tenía que hacer todo un proceso de concentración!!!

Arco inflable, foto con los amigos, saludo con Vicky y Gaby que nos esperaron como siempre, y al asado prometido!!!

Daría para escribir muchísimo más porque realmente la experiencia valió la pena, pero por ahora… por ahora… lo dejo acá.

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