jueves, 7 de mayo de 2009

Si todos corren para allá... corramos!!!

(4º parte del RR de la 1/2 Maratón de PDE)

No se escuchó nada, pero de repente todos los corredores empezaron a avanzar rumbo a la línea de largada, fue la señal de que la carrera había comenzado.
Los Trotamundos estábamos todavía en "sociales" y tuvimos que apurar el proceso, la clásica arenga, el choque de manos, el deseo de "buena carrera" y a correr!!!
H, la Trotamundos part-time, se había ido adelante porque quería ganarle a los keniatas, el Gallo & girlfriend también, aparentemente el Lechuga también intentó ganar terreno largando desde adelante, igual que Pato y Colo.
Atrás nos habíamos quedado el Perla y Presi, Marce, Penguin, Elba Reel y yo.
A las risas pasamos por la alfombra y marqué el cronómetro.
La gente aplaudía y saludaba nuestro pasaje, ahí fue cuando ví a Vicky con Fede en brazos señalándome para que mi hijo me saludara, esos segundos le dan fuerza a cualquiera.
Pocos metros después el Perla y Presi habían desaparecido mientras que aparecía Glenda en sentido contrario porque había pensado que la largada era 9:30, iba rumbo a la largada para marcar la salida con el chip, pero la convencimos que entrara ahí mismo.
Fue un par de cuadras con nosotros y se comenzó a quedar, así que para que no ser acusado por Elba Reel de que la cambié por la otra, seguí con Marce custodiando a la susodicha.
El Pingüino iba unos metros más adelante con su guardaespaldas porque desde que las chicas lo piropean en el Facebook su mujer no lo deja salir solo.
Las cosas se fueron dando para que nos termináramos alineando ya antes de llegar al puerto.
De repente se nos pega Edgar en bici, un Andarín sin pelos en la lengua (tampoco) y se nos pone de charla.  Edgar es un viejo e-friend del grupete, y en particular de Elba Reel que es bien sabido lo bien que se lleva con todo el mundo (menos conmigo, claro! - probablemente porque soy parte del pasado lujurioso de su marido).
Al rato lo perdimos al amigo 3 rodillas (Edgar, con cariño, en serio) porque por más cambio que metía en su bici no pudo aguantarnos el ritmo... o no pudo aguantarnos simplemente.
En eso vemos al Pichón y Ana al costado gritando no sé que tipo de cosas, de esas que son estimulantes, como "corran gordos!", "no se arrastren manga de babosas!", "la carrera ya empezó!"... y nosotros le contestamos con un "andate a la p... a la parada 2 que llegamos ahí en un rato!".
Llegamos al puesto de hidratación y veníamos pegados con unas chicas de los Andarines o Corredores del Este, no importa, lo cierto es que las conocía todo el mundo por como las saludaba... o eran más lindas que nosotros, en realidad no sé.
Vamos tomando los vasitos de agua, una de las chicas hace un buche y lo escupe al Pingüino, lo que nos molestó tanto que decidimos dejarlas atrás por más que el damnificado la justificaba diciendo que no era la primera ni la última que lo haría.
Un poquito corriendo y otro poquitito a pie, como la tortuga Manuelita, fuimos recorriendo toda la rambla de la mansa juntos.
Allá por Parada 5 alcanzamos a unas Correcaminos mientras que les espetaba la muy poco feliz pregunta "¿ustedes son de las nuevas o las viejas Correcaminos?" a lo que por suerte con mucha onda respondieron casi a coro "somos las viejas de Correcaminos".
Corrimos juntos la trotapandilla y las fluo green vetes casi hasta dejar la rambla.
El km. 10 donde estaba el siguiente puesto de hidratación estaba en seguida de pegar la curva de la esquina que se dejaba la rambla.
Ahí casi no tomé agua, apenas hice un buche y me mojé el gorro, por lo que quedé delante del Pingüino y Elba Reel que aparentemente se quedaron preparando casi un licuado porque lo que demoran en un puesto de hidratación no tiene nombre.
Marce seguía conmigo mientras que el Pingüino, que ya había perdido su guardaespaldas (o mejor dicho su guardaespaldas lo había perdido a él), venía 50 metros detrás con Elba Reel.
Debo reconocer que ahí dudé por un momento si esperar o no a la dupla, pero lo descarté enseguida porque seguir con Marce me garantizaba salir en las fotos que estaban sacando Yeyu y su prima a diestra y siniestra.
Hice buena parte de Av. Francia con Marce, pero de repente me dí cuenta que Yeyu ya se había aburrido de pedalear, por lo que sin flashes de por medio comencé a dejar atrás a Marce, creo que en la rotondita antes de llegar a Pedragosa Sierra ya me había distanciado.
En la curva para tomar Pedragosa Sierra paso por adentro a una chica (siendo generoso con la señora) y un fotógrafo camuflado me grita, era el esposo de una vecina mía que corre, smile & click.
Tanto al cruzar Bvar. Artigas como Roosvelt veo que los inspectores casi no cortaban el tránsito, paraban los autos unos metros apenas antes de que llegaran los corredores, así fue que en el segundo cruce le grité al Sr. Zorro: "tocame el pito!!!"
Empezaba el repecho de Pedragosa Sierra, largo como pocos y un tanto monótono, lo salva lo arbolado.
Puestito de agua y fruta, mordí media naranja, me mandé el agua y seguí decidido, venía bastante cómodo y disfrutando, sin mirar el reloj.
Llegué al clásico zigzagueo que llevaba a la rambla de la Brava, unos metros rumbo a la La Barra, vuelta en U en otro puesto de hidratación y rumbeamos para San Rafael.
Ahí empecé a calcular que debía faltar algo así como cuando corro desde el 8 al 13, o que era poco más que ir desde el 8 hasta L.A. de Herrera y vuelta.
Era la forma de alentarme con que no faltaba nada para llegar.
Gracias a la vuelta en U pude cruzarme con Marce primero, luego con Penguin y Elba Reel.
Sin mayores contratiempos fui recorriendo toda la Brava.
Faltarían unos 3k cuando delante mío comienza a caminar una chica de Corredores del Este.
"Dale, seguí conmigo que no falta nada" le dije y ella aceptó.
Alcanzamos a una Correcaminos cuando faltaban 2k.
Ahí la esteña agradeció y se quedó para atrás.
Yo seguí con la Correcaminos y a los pocos metros nos alcanzaron sus amigas que venían bastante cómodas todas.
Nos quedamos todos juntos hasta que faltando unos 200 metros pegan un latigazo que me dejan pistoneando, pero no me importó no poder seguirles el paso, yo seguía como durante toda la carrera, dispuesto a disfrutarla más allá de tiempos o resultados.
Ya estaba casi en el arco y el público se hacía sentir.
Ví la carita de Fede que estaba en brazos de Vicky aplaudiendo, se me hace difícil describir esa sensación, me imaginé siendo casi un héroe para mi hijo que en realidad no entendía nada con sus escasos 22 meses de edad.
Levanté los brazos y crucé el arco de llegada en medio de fotos, aplausos y gritos.
Son esos segundos que no pierden la magia aunque ya hayamos perdido la cuenta de las carreras que hemos corrido.
Ya hacía como una hora y cinco minutos que el primero había llegado, pero no importó, me sentí ganador igual, ¡otra vez más!

(CONTINUARÁ...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario