Por favor no me pregunten de que fecha es esta crónica... la verdad es que no me acuerdo!!!
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Se venía el fin de semana largo y con la Vicky ya estábamos planeando irnos “para afuera”.
De todas formas tenía presente el plan de entrenamiento que nos había dejado Merceditas y tenía previsto cumplirlo a rajatabla.
Así fue que el miércoles pasado mandé un mail buscando voluntarios para que en el pasado lunes me acompañaran a hacer las sufridas cuestas en Marindia.
El lugar ya estaba definido, 3km trotando desde casa hasta la subidita del Centro Militar en Salinas, unos 80 metros bastante sacrificados, ahí hacíamos las cuestas y a volver suavecito hasta Marindia.
A cambio obviamente estaba dispuesto a compartir ducha para que nadie se fuera oliendo a tercer tiempo.
La cosa fue tomando color y algunos, los primeros tímidos, dijeron presente.
Así fue que el número siguió subiendo y ahí les dije “vengan un rato antes y pasamos el día tranqui, después hacemos las cuestas”, pero siempre pensando en que el objetivo fundamental era la actividad deportiva.
El lunes mismo, bien temprano, casi cuando me estaba levantando ya llegó Seba…si, las cuestas iban a ser de tardecita, pero Seba salió del Conrad y se vino directo para Marindia sin acostarse.
Cocucha va, cocucha viene, fue pasando el rato y llegando el mediodía, y llegando más gente también…
Primero el Presi con Joyce, tempraneros siempre, luego el Barba con Flor (solamente compartiendo el auto), después el Duke con Patricia y Sofi.
Cuando nos llamaron Farbe y Sil avisando que estaban en viaje desde Punta del Este decidimos ir a comprar “algo” de comer al supermercado de origen sajón de Atlántida.
Ese “algo” resultó en papitas, maníes, provolone, chorizos muchos, más chorizos, chorizos parrilleros, morcillas dulces, LA morcilla salada de Seba, colita, asado, vacío, vino (obviamente, no? Estaba el Barba de por medio!).
Ahí en el super nos encontramos con Farbe y Sil, ya con otra botella de vino en la mano…no sabían si íbamos a comer, pero Sil tenía claro que quería tomar un Etchart blanco al que le venía echando el ojo desde hacía tiempo seguramente.
Las supuestas “cuestas” se habían transformado en dos carros de supermercado repletos a tope!!!
Cabe acotar que el Barba se coló en la zona de cajas abusando de su cara ingenua y de su característica simpatía.
Arrancamos con todo el campamento para Marindia a armar el fueguito…más que el fueguito la fogata, porque para cocinar todo eso íbamos a precisar más que un atadito de leña!!!
Partición de boca mediante y ya cuando estábamos en la sobremesa cae a saludar Pablo, porque si es a correr cuestas no se aparece seguro, pero vio el humito desde Parque del Plata y se arrimó a ver que pasaba!!!...
Hubo varios más que habían manifestado intención de corrida pero faltaron, seguramente porque no vislumbraron lo que la supuesta corrida traería aparejado.
Lo cierto es que sobremesa mediante, mientras le dábamos a suculentos helados, se me ocurrió empezar a hablar de las cuestas que haríamos luego….
Las respuestas fueron inmediatas: “pero ya es medio tarde, no?”… “pero comimos mucho recién”… “pero seguro que hoy tocaban cuestas?”… “de repente es mejor salteárselas, no?”…
Lo cierto es que de todos los que fueron NINGUNO quiso quedarse a hacer cuestas, más allá de que se fueron pasada la hora de nuestras corridas habituales; obviamente viéndome solito en la misión preferí abortar el operativo y me fui a Parque del Plata a comer unas hamburguesas por el cumple del suegro de Pablo.
Así que las cuestas quedaron pendientes…serán en el Carnaval del año que viene!!!
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