jueves, 5 de marzo de 2009

Correr, el más barato de los deportes

Año 2003 o 2002 si mal no recuerdo, de todas formas no sé si viene al caso, decido con mi amiga Andrea - Betty, por "Betty la fea", para los más íntimos, o por lo menos para los más odiosos de sus amigos como yo - ir al repecho de la calle Sosa a ver pasar a Barbie (la misma con la que junto a ella, el Pingüino y el Pichón tiempo después fundáramos Trotamundos, pero eso será otra historia) luchando por conseguir hacer esos 10,5 kms. planteados por Nativa.

"Allá viene!!!" dijimos y el aliento no se hizo esperar con gritos como "Dale Barbie que te pasan hasta los perros!!!" o "Si querés te llevamos en el auto hasta la llegada!!!".

Y pasó Barbie.

Y enseguida nos dijimos que JAMÁS haríamos esa payasada de ir sufriendo durante no sabíamos ni cuantos kilómetros atrás de miles de personas por el simple hecho de correr, estábamos mutuamente convencidos que eso no era para nosotros.  Nos alcanzaba con contar con una amiga que lo hiciera por nosotros.
Ni Betty ni yo imaginamos en ese momento que la misma Betty que estaba en ojotas diciendo que eso de correr no era para ella estaría hoy participando y en buena forma en carreras de Ironman (quien no sepa a que me refiero que no se preocupe, ya lo entenderá en algún momento).

Pasamos unas hojas (que pueden ser días, semanas, meses, no lo tengo claro) y me encuentro hablando con Jorge sobre el tema de las corridas.  Él trataba de convencerme de que empezara a correr con él...  los argumentos eran de todo tipo, pero el que recuerdo porque es al que alude el título de este post es que no precisábamos nada especial para correr.
Yo en esa época jugaba al tennis y le decía que no tenía ni championes adecuados para correr, a lo que Jorge me contestaba que para correr lo único que precisaba era tener ganas, que remediaba con los championes que tenía, las medias que tenía, un short que tenía y una remera que tenía... que barata que debía ser la actividad que no precisaba nada para practicarla, pensé.
Comparado con el tennis que solamente una raqueta implicaba más de 100 dólares, más los re-encordados, los overgrips que se gastan, los championes de suela especial para polvo de ladrillo, el alquiler de cancha o membresía del club... correr era una bagatela!!!

"Y si es tan barato, probemos!" me dije, "y si no me gusta largo todo y listo".

No solamente me gustó, sino que no lo largué más, y descubrí que Jorge me había mentido, correr es muchísimo más caro que jugar al tennis, porque como en todo, una cosa lleva a la otra, y con el pasaje de los kilómetros uno va apelando a todo tipo de elemento que le permita mejorar (o al menos creer que lo hace) mínimamente, así llegan los shorts dri-fit especiales para correr, después las calzas, las calzas largas, que no pueden ser dog-brand porque no sirven, las remeras con tela especial para mejorar la ventilación del cuerpo y evaporar los sudores y así pesar menos, el gorrito dri-fit para que no caiga el sudor en los ojos, los lentes para correr al sol, que no pueden ser los que usas para ir a la playa, tienen que ser de los que tienen agarre de goma en orejas y montura de forma que no se te resbalen, los championes que hay que cambiar cada unos pocos kilómetros (que son miles, pero cuando preparás maratones significan como 3 o 4 pares al año), las medias cortitas dri-fit (porque correr con medias de tennis es un quemo o por lo menos una muestra de inexperiencia), más las barritas post longrun, más las bebidas deportivas especiales para recuperar la cantidad de líquido perdido, y la lista puede seguir...

En fin, parece que en estos años que llevo de corridas lo que he logrado es descubrir que Jorge me mintió, porque correr es carísimo, salvo que lo hagas para alcanzar un ómnibus.

Así que, Jorge: devolveme la plata!!!

2 comentarios:

  1. jaja! tal cual!!! y a eso sumale que una vez que estás enganchado querés competir....y cada carrera tiene un costo de inscripción...y si a eso le sumas que bueno, algunas se realizan en el interior, sumale el viaje, a veces hasta estadia y ni hablar cuando elegimos una en el exterior...
    terrible mentiroso resultó tu amigo Jorge!

    ResponderEliminar
  2. No creo, no que sea mucho más barato que el tennis!
    Lo que me parece es que el running te puso más coqueto y decidiste invertir en indumentaria.
    Tengo toda la impresión de que jugabas tennis vestido como un indigente!!!

    ResponderEliminar