viernes, 13 de marzo de 2009

Corré derecho!!!

"No es lo mismo" dice la canción.
Y no es lo mismo, es cierto.
No es lo mismo que te griten "corré derecho!" aludiendo a que vayas erguido a que lo hagan en el sentido que sigas una dirección.
Mucho menos es lo mismo si entramos a hablar de derechos a la hora de correr.
¿Derechos?
Si, parece traído de los pelos y ya fuera de toda racionalidad pero no es así.
Desde que ando en la vuelta de las carreras es que escucho comentarios o críticas a los precios que le cobran a los corredores por participar en las mismas, o los servicios adecuados o magros en función de ese desembolso o del tipo de carrera.
Y por más que lo pienso cada vez que se pone encima de la mesa el tema mi posición sigue siendo la misma, cosa que por cierto no deja de preocuparme!
Se puede argumentar como he visto por ahí que así como no se les cobra a los jugadores de Nacional y Peñarol por jugar un partido y así dar un espectáculo, no se les debería cobrar a los que sudan la gota gorda corriendo esa cantidad de kilómetros atrás de la medallita.
Si, se puede argumentar, pero me parece que si a mi me invitan a jugar un partido entre Nacional y Peñarol y no soy profesional no me molestaría en lo más mínimo que me cobraran una fortuna para integrar esa oncena titular conformada por los profesionales que miro desde la tribuna.
Y hay antecedentes relevantes, alcanza con pensar en desfilar por el sambódromo de Río... hacerlo no te convierte en protagonista? Y sin embargo hay que pagar para ir a serlo!
Primer punto aclarado entonces, estoy dispuesto a pagar para correr y no me parece mal que quien organice una carrera me cobre.
Un componente por demás importante en todo producto es el precio, y en el tema de las carreras no es la excepción.
Acá encontramos todo un tipo de posiciones que he ido descubriendo con el pasaje de los años.
Pero parece que "una corriente ideológica" importante sostiene que si la carrera la organiza una empresa tiene que cobrar poco (o nada) y dar muchísimos servicios como contrapartida, pero si es organizada por "conocidos del medio" no importa si sale barata y mucho menos si hay servicios atrás del precio o no.
Y ahí sí que salgo a pelear con el que se me cruce, y que no salga corriendo porque no lo alcanzo y ahí me frustro (sin entrar en mayores detalles ya abordados en algún posteo previo).
La cosa es que a mi no me molesta pagar, pero sí que me roben, y si pago por algo me lo tienen que dar, de lo contrario me están robando.
Todo tiene un precio, que es distinto del valor, pero eso cuando tenga un blog de temas académicos lo explicaré, por ahora queda acá.
Cuando uno se anota y paga para correr una carrera tiene que poder exigir (o recibir simplemente) un recorrido adecuado y medido de forma que uno sepa la distancia exacta a la que se estará enfrentando, una buena medición de tiempos - más o menos tecnificada o rudimentaria, no importa - con su correspondiente publicación de resultados, un adecuado plan de hidratación según el tipo de carrera y distancia, fruta y otros alimentos para carreras de fondo y medio fondo, baños, seguridad (me tocó más de una vez correr con tráfico abierto y no es lindo para nada), y si al llegar me regalan una medallita para mostrarle a mi hijo es un plus.
Ahora, si pago - aunque sean 15 pesos - y los organizadores de la carrera no me brindan lo que me prometieron soy el primero en quejarse a viva voz, y no me importa si quien la organizó lo hizo a puro pulmón y no tenía una empresa multinacional detrás como sponsor... es un problema de quien se puso a organizarla y no mío!
La idea de "dejame hacer las cosas mal que bien no puedo" o "prefiero algo malo que nada bueno" no me van, y listo!
Para participar en una carrera mal organizada prefiero correr en solitario por la rambla con 20 pesos en el bolsillo para comprarme un agua cuando y donde quiera.
De hecho cada vez son menos las carreras en las que me anoto, cada vez las elijo más, y cada vez postergo más carreras en función de entrenamientos como forma de cuidarme para esas que realmente me brindan satisfacción correrlas, sea derecho o torcido, no importa, en definitiva: es lo mismo!

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