"Cuando tenga un minuto lo hago, o por lo menos lo empiezo" me decía constantemente, pero siempre encontraba alguna otra cosa para hacer y que me sirviera de pretexto para no tener que encarar el proceso de escribir la citada crónica.
Hoy es el día, y comienzo a escribir ese reporte de la maratón de Buenos Aires, me lleve el tiempo que me lleve, porque ya descubrí que no hay minuto que alcance.
Una amigo mío siempre dice que las excusas tienen todas algo en común: ninguna sirve para nada.
ResponderEliminarIgual algo de razón tenés, esto de vivir a las corridas hace que no haya minuto que alcance.
Sigo al pie del barril esperando esa crónica, saludos