El domingo pasado sentí vergüenza ajena.
No voy a hablar de la carencia de agua, ni de la ausencia de ambulancias, apenas un par de chicas de la Cruz Roja con un botiquín sentadas congelándose en el murito de la rambla a la altura del mojón 4, el retraso en la largada, las inscripciones en el momento de la largada - solamente visto aquí, muestra de un afán de recaudación desmedido - los baños que no hubo.
¿Se puede organizar una Maratón tan impunemente?
¿El organizador se salvó de que nadie le hiciera una demanda?
Hasta hace poco ese personaje organizador de carreras me despertaba simpatía, por sus quijotadas y por empujar el running contra toda crítica, pero lo del domingo ya desbordó y dejó de parecerme gracioso para parecerme insultante y poco respetuoso.
Alguno podrá pensar si tengo o no propiedad para hablar del tema, no sé, por suerte me bajé a tiempo de la carrera un par de semanas antes, pero la seguí siempre de muy cerca, y ese día estuve desde las 8:30 hasta las 15:00, así que no me lo contó nadie, yo ví a mis amigos correr 4 vueltas en un circuito aburrido y riesgoso, donde a partir de las 4 horas se abrió el tránsito y no se tuvo en cuenta en lo más mínimo el peligro del hecho.
Yo ví y no me lo contaron a Roberto más preocupado de si estaban controlando bien las llegadas que si los corredores llegaban o eran atropellados, al punto que me le acerqué para sugerirle que pusiera una camioneta a cubrirlos... en vano, su respuesta fue: "todo esto ya me desbordó".
Antes de la carrera recibía mails de Roberto todos los días con información de la carrera (información que en su mayoría luego no se cumplió), a 4 días del bochornoso evento no recibí comunicado alguno en el que por lo menos se disculpara públicamente por todos los problemas organizativos que obviamente ni le importaron luego de haber embolsado sus dinerillos.
Vender algo y cobrarlo para luego entregar otra cosa no es más ni menos que una estafa, es triste pero es así.
Las cosas se pueden hacer bien y no es tan difícil, está en nosotros aceptar o no este tipo de tomadura de pelos, así que ¡por favor no nos acostumbremos!